sábado, 22 de octubre de 2016

Sigue

Lo primero que hiciste
fue besar las goteras de mis ojos,
pintar de luz
mis paredes grises,
subir las persianas
y traducir a mi idioma de minifaldas
tu viento de risas en primavera.

Luego te paseaste furtiva,
entre andamios que se caían por las resacas
y me ofreciste los buenos días
para el tiempo que me hiciera falta.

Toda la vida... te dije
y en lugar de asustarte
sonreíste
como si no te importara.

Desde entonces, en la cama
o fuera de ella, siempre la misma palabra:
sigue, sigue, sigue...

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