miércoles, 9 de mayo de 2012

Ella te quiere como amigo

Hasta ahora pensaba que la peor frase que te puede decir una tía es:
“Tenemos que hablar…”
Pero no, la peor frase que te pueden decir es:
“Yo también te quiero… pero solo como amigo”
Eso significa que para ella tú eres el mas simpático del mundo, el que mejor la escucha, el mas enrollado… pero que no va a salir contigo.
Va a salir con un impresentable que sólo quiere acostarse con ella.
Eso sí, cuando el otro le haga una putada, te llamará a ti para pedirte consejo.
Es como si vas a buscar trabajo y te dicen: “Señor Gutierrez, es usted la persona idónea para el puesto, el que mejor currículum tiene, el más preparado… pero no le vamos a contratar. Vamos a coger a un incompetente. Eso sí, cuando la cague, ¿le podríamos llamar a usted para que nos saque del lío?”
Me pregunto, ¿qué he hecho mal?. Hemos ido al cine, nos hemos reído, hemos pasado horas tomando café… ¿A partir de qué café nos hicimos amigos?, ¿del quinto? ¿del sexto? Joder, eso se avisa, ¡uno menos, y ahora me estaría acostando con ella!
Para ellas un amigo se rige por las mismas normas que un Tampax: puedes ir a la piscina con él, montar a caballo, bailar… lo único que no puedes hacer con él es tener relaciones sexuales.
Es que si lo piensas… si para una tía considerarte “su amigo” consiste en arruinar tu vida sexual, ¿Qué hará con sus enemigos?, a mi me parece muy bien que seamos amigos, lo que no entiendo es por qué no podemos “follar como amigos”.
Yo creo que la amistad entre hombre y mujeres no existe, porque si existiera, se sabría.
Lo que ocurre es que cuando ella te dice que te quiere sólo como amigo, para ella significa eso y punto. Pero para ti no. Para ti significa que si una noche estáis en la playa, ella se emborracha, hay luna llena, se han alineado los planetas y un meteorito amenaza la Tierra… ¡A lo mejor consigues enrollarte con ella!
Por eso tragas, porque nunca pierdes la esperanza. ¿Qué se lía con Oscar?, pues ya romperá… cuando lo hace, tú atacas con la técnica de “consolador”: “No llores, el Oscar ese es un chulo. Tú te mereces algo mejor, un tío que te comprenda, un tío que sepa estar ahí cuando lo necesitas… que sea bajito, que sea castaño, que no sea muy guapo, que se llame Javier… como yo”.
Al menos, siendo amigo puedes meter cizaña para eliminar competencia.
Es la técnica del “gusano miserable”. Cuando ella te dice:
- Ay, que majo es Paco, ¿verdad?
- ¿Paco? Es muy majo, sí… un poco bizco.
- No es bizco, lo que pasa es que tiene una mirada muy tierna.
- Sí, en eso tienes razón, me fijé el otro día, cuando miraba a Marta.
- No la miraba a ella, me miraba a mí.
- ¿Ves como es bizco?
El colmo es que las tías consideran que tienen una relación “superespecial” con un tío cuando pueden dormir con él en la misma cama y que no pase nada.
Pero bueno, ¿lo “superespecial” no sería que sí pasara algo?
Un día después de una fiesta, te quedas ayudándola a recoger, como haces siempre, y cuando acabáis, ella dice:
- Huy, es muy tarde, ¿por qué no te quedas a dormir?
- ¿Y donde duermo?
- Pues en mi cama.
A ti te tiemblan las piernas: “¡Ésta es mi noche, se han alineado los planetas!”.
Al rato te das cuenta de que no son precisamente los planetas los que se han alineado, porque ella, como sois amigos, con toda la confianza, se que queda en camiseta y bragas, y tú, visto lo visto piensas: “Me voy a tener que quedar en calzoncillos… con la alineación de planetas que llevo encima”.
Así es que te metes en la cama de un brinco y doblas las rodillas para disimular. Ella se mete, te pega el culo y te dice: “Hasta mañana”.
¡Y se duerme! “Pero bueno, ¿cómo se ha podido dormir tan pronto? ¿Pero esta tía no reza ni nada?”.
¡Estas acostado con la tía que te gusta!. Al principio no te atreves a moverte, para no tocar nada. Sabes que si en ese momento hicieran un concurso, nadie podría ganarte: eres el tío mas caliente del mundo.
¡Y que larga se te hace la noche!. Te vienen a la cabeza un montón de preguntas:
“¿Tocar una teta con el hombro será de mal amigo? ¿Y si es la teta la que me toca a mí?”.
Pero después de muchas horas ya sólo te haces una pregunta:
“¿Seré realmente gilipollas?”
No puedes creer que estéis en la misma cama y no vaya a pasar nada.
Confías en que en cualquier momento se dé la vuelta y te diga: “Venga tonto, que ya has sufrido bastante, ¡hazme tuya!”. Pero no. A las tías nunca les parece que hayas sufrido bastante. Y mira que sufres…
Porque tienes toda la sangre del cuerpo acumulada en el mismo sitio. Se han dado casos de hombres que han llegado a reventar.
Pero ahí no termina tu humillación. A las siete de la mañana suena el timbre de la puerta:
- ¡Ay, es Oscar!
- ¿Oscar? ¿Pero no le habías dejado?
- Ya te contaré, que ahora tengo prisa. Se me olvidó decirte que iba a traer su perro, porque como nos vamos a Baqueira, yo le dije que el perro mejor que contigo no iba a estar con nadie.
Y para colmo cuando entra Oscar te dice:
- ¿Eres tu su amigo?. Tienes mala cara, ¿has dormido bien?
Así que al final te quedas con el perro, que ése sí que es el mejor amigo del hombre.

Que si me quedas tú, me queda la vida

Un día que no esperaba tener significado de repente lo tuvo desde el principio. Me despertaron las luces que la peinaban a ella y a mi no, pero eso no era nada nuevo. Esa mañana me di cuenta de algo que tenía claro desde hace tiempo.
Aquella mañana me di cuenta de lo mucho que envidiaba. Pensé en todo lo que se habían perdido aquellos que decidieron desaprovecharla, de lo infelices que serán sin darse cuenta, de las ganas que tenía todo el mundo de estar donde yo estaba.
No termino de acostumbrarme a la primera fila ni termino de creerlo justo, pero recuerdo que aquella mañana quería decírselo todo, que no valía más que las telas que la arropaban y aun así nos veía capaces, que en la salud y en la enfermedad y hasta que la muerte nos separe.

martes, 8 de mayo de 2012

Curar la vida con la vida

No se si deberia preocuparme pero empiezo a no verte defectos, y me he acostumbrado a esos dias que decides no afeitarte. Ultimamente te quiero a mi lado siempre y los dias que no te veo son los mas duros que vivo, y aunque parezca segura tengo miedo de perderte y lo cierto es que me asustan las veces que he soñado contigo como quien no quiere la cosa. Me duele mas de lo que piensas no tenerte aquí siempre que me apetece, porque siempre me apeteces, y tus manos y tu voz y tu piel en general. Esto va de confesiones y puedes ignorarlo si prefieres, pero para ser sincera prefiero sincerarme y que te importe todo.
Que si me notas distante a veces es por algo que he aprendido un poco a la fuerza y sin remedio, y que si te digo que eres lo mejor que me ha podido pasar comprende que no estoy dispuesta a perderte.
Admito que no te merezco pero no quiero que te des cuenta, que tu eres fuerte y yo tengo debilidad por las cosas que te rodean, que pierdo la cabeza por algo a lo que sabes, por tu colonia de siempre. Puedo confesarte que eres todo lo casa que puede ser una persona, que ojala pudiese ser tu dia y sobre todo tu noche, y decirte cosas como estas a la cara, porque tu no lo sabes pero a veces siento la necesidad de imaginarte a mi lado y eso de verte sonreir me hace sentir mejor.
Te puedo decir muchas cosas, como que me siento un poco mas vulnerable los dias que hace mal tiempo, y este lugar se envuelve en niebla bastante a menudo... pero las veces que me rodeas con el brazo le dan la vuelta y cambian un poco de todo. Puesta a confesarme puedo pedirte que no me faltes por ahora, decirte que eres mi tipo y que ni quiero irme, ni quiero ningun cambio.

Soy todo lo que soy porque tu eres todo lo que quiero

Si me dieses por ejemplo una noche de prueba le daría tiempo al tiempo, y sería entonces quizás suficiente para explicarte el por qué de esas veces que averiguo lo que estas pensando y termino frases por ti o por los dos, por los dos arañazos que faltaron en tu espalda. Aquella noche los abrazos fueron pocos y ojalá hubieses sido por lo menos testigo, de estas ganas que me entran sin querer, de los pedazos de cuerpo que he perdido por romperme tantas veces.
Si tuviese una noche entera no tendría nada que contarte. Los ratones son los de siempre, pero dejaría de hacerme humo con tal de poder tocarte sin que lo notases, dejaría de ser solo una mala costumbre para convertirme en todas las que quieras. Sería mi tercera noche en vela solo por tu culpa, tu enésimo pecado, tu último capricho.