Cuando el amor sepa perder.

Ya no quiero excusas ni hablar del amor. No quiero palabras ni miradas insípidas. No quiero amarguras ni me apetece llorar. Sólo quiero estar un rato sola, con esa tranquilidad tan mía. Hoy quiero sentirme como un fantasma y que no me veas llegar. Te miraría hasta que me cansara. Aun así, por todo te perdono. Te perdono por haberme dejado morir ese poco, porque aunque no me lo mereciera, me pasa por idiota. Juro que la próxima vez que me veas seré mas fuerte, y las heridas habrán dejado de sangrar, yo me ocuparé de eso. Si no curan con alcohol, las cerraré con grapas. Me prometí a mi misma hace tiempo que te dejaría de querer, pero mi técnica parece no funcionar contigo. Necesito olvidarte y cada día te quiero más. Te quiero hasta más que antes. Descubrí hace poco que no me hacías daño intencionadamente, por lo que no te puedo culpar. Te quise tanto que no puedo evitar quererte ahora, supongo que es normal. Y, me doy cuenta, que desde un punto de vista totalmente objetivo, siempre seré tuya, nunca me despediré del todo, porque después de todo lo que hemos sido no puedes pretender que olvide todo lo que se ha convertido en parte de mí. Por mucho que me joda, me compones en cierto modo y en varios, y siempre estaré ahi. Me has dado suficientes razones para estarlo.

Un pasado que todavía pesa.

Debería de haberte olvidado. Yo lo sé, tu lo sabes, nosotros lo sabemos. Pero me sigues hablando, te hablo, te recuerdo y la espiral sigue girando. Mi corazón se para. Mis pulmones aspiran el oxígeno que queda y te olvido, no te quiero, no te añoro... Me miento. La nostalgia me envuelve cada vez que no te veo, y no te veo nunca, y los días se hacen eternos, y lo intento y no puedo. Ya intenté vivir en una mentira, ya intenté mentirme a mí misma y ya intenté sacar el clavo... pero ya no me quedan armas. Ya, después de ti, no quedan recursos disponibles. Que alguien me arranque el corazón de cuajo, que yo no aguanto esta historia mucho más tiempo. Eres el clavo mejor clavado.